dissabte, 20 de desembre del 2008

Heroicitat policial, agressivitat animal?

El titular és el següent: "Un becerro desata el pánico en A Coruña y causa cuatro heridos"

Era Orwell un profeta i s'està acomplint la seva profecia de Rebel.lió a la Granja? No, no senyors. A continuació us transcric l'article sencer publicat a "La Voz de Galicia" sobre aquest succés. I jutgeu vosaltres mateixos (el video, per respecte a les vostres sensibilitat, no el publico).

"Algo quedó abierto en el matadero municipal de A Grela, en A Coruña. Un hueco lo suficientemente grande como para que un becerro de 400 kilos se escapase y diera una vuelta por la ciudad durante unos 40 minutos. Se le vio en los barrios del Ventorrillo y los Mallos, hasta que, finalmente, se detuvo en la Sagrada Familia, a un kilómetro de distancia del matadero, en torno a la una de la tarde. Allí, frente a la iglesia de San Rosendo, vio hierba y se dispuso a pastar. Mientras, a su alrededor, se establecía un dispositivo policial para retener al animal.
No funcionó. El becerro, nervioso entre la gente y las sirenas, embistió contra un policía local, que resultó herido leve tras ser golpeado contra su coche patrulla. A partir de ahí tomó una de las calles contiguas hiriendo a tres personas más: a un policía nacional y a dos vecinos, A.R.A. de 75 años, que sufrió lesiones en la cabeza y cuello, y J.M.L., de 44, con diversas contusiones. A su paso, el becerro también ocasionó desperfectos en varios coches.
El animal encontró su final entre la expectación de un barrio que se dividía entre los que pedían que le dieran muerte, que eran mayoría, y los pocos que solicitaban su absolución. «!Matadlo!, !Matadlo!», se podían oír los gritos desde las ventanas, mientras los agentes disparaban para darle muerte. Fueron necesarias una decena de balas.
«Es un pura sangre salvaje, que viene de Zamora», comentaba Manuel Vázquez, un vecino que trabaja en el sector y vio toda la acción: «El animal se ponía nervioso cuando la gente lo quería parar y empezaba a correr». Otros justificaban la acción de la policía. Como Antonio Vilarís: «La gente esa que decía que no lo matasen, ¿qué le iba a hacer?, ¿llevarlo para casa? Es que no saben ya qué protestar".